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martes, 24 de abril de 2012

Nuestro viaje a San Francisco y Las Vegas I


Como ya sabes, DiMeqMe estuvo hace unas semanas en San Francisco y Las Vegas, y tal y como prometimos, vamos a compartir contigo nuestras impresiones de aquellos fantásticos días, por si tienes pensado darte una vueltecita por esos lugares.

Tras ocho horas de vuelo, llegamos a nuestra ciudad puente para coger el enlace a San Francisco, la fantástica Nueva York. Pero el área del aeropuerto en la que estábamos no era tan fantástica y tener un retraso en el vuelo de 6 horas, muchísimo menos. En fin, qué le vamos a hacer, ésta es la cara mala de los viajes...

Por fin salió nuestro vuelo a San Francisco y en cinco horitas de nada, llegamos. Maletas, autobús y...¡¡¡nuestro hotel!!!

La espera ha merecido la pena: el mítico Fairmont nos aguarda (para los que sean de nuestra quinta, en él se rodó la serie "Hotel"). Una habitación estupenda dando a la fachada principal y lo más importante y deseado: LA CAMA. Teniendo en cuenta que nos habíamos levantado en Madrid a las 6 de la mañana del día anterior y llevábamos más de 24 horas de viaje (no me preguntes qué hora era, tarde-noche), la cama fue lo único que vimos.

Al día siguiente y ya con fuerzas renovadas, nos dispusimos a tomar un tranvía contratado para la ocasión para recorrer la ciudad y así hacernos una idea general.
Preciosa. Qué podemos decir de estas ciudades míticas americanas de las que hemos visto tantas pelis: que al estar allí tenemos sensación de familiaridad, de conocerla como si fuera la nuestra. Esas cuestas de vértigo por las que saltan los coches patrulla persiguiendo al malo, y esas casitas estilo británico de madera y con pinta de estar enmoquetadas por dentro.


 Lo que no esperábamos para nada es el frío tan grande que pasamos, una ciudad gris y húmeda en la que el viento del Pacífico trae nieblas y un aire gélido que se mete en el cuerpo.

Durante el recorrido visitamos las típicas casitas Painted Ladies de Álamo Square, subiendo hasta la colina de Twin Peaks, donde pudimos admirar unas vistas impresionantes sobre la ciudad. Y qué mejor sitio que éste para hacer una paradita y reponer fuerzas con un sabroso perrito caliente y una coca cola.

 
Pasamos por el barrio Castro, cuna del movimiento gay mundial y digno de visitar. Sus cafés, bares y tiendas interesantes aportan un toque de encanto a San Francisco. Y, además, ¡es un barrio limpio y ordenado! Síííí, toda una excepción en esta peculiar ciudad. A ver, “franciscanos”, ¿no sabéis que las fachadas se pintan, las ventanas se lavan, e incluso existe una cosa llamada “cortina”  que impide que todo el mundo te vea en bolas mientras devoras hamburguesas?

 
Almorzamos en el restaurante Neptune's  Palace, situado en la bahía y con unas impresionantes vistas a la isla de Alcatraz. El menú consistió en una crema de almejas, ensalada San Francisco y langosta de Maine a la parrilla. No dejes de probar sus mariscos ya que ellos los tienen por los mejores del mundo (se nota que no han pisado Galicia).
Como el tiempo apremiaba, la tarde se la dedicamos a Alcatraz. Cogimos el Ferry que lleva directo a la isla,  emulando el recorrido que tiempo atrás hacían los presos allí confinados. Como reza el cartel, “es un crimen” no estar allí, pero más por la leyenda (agrandada por el cine) y por las magnificas vistas de la ciudad que podemos ver (al fin y al cabo es una cárcel: húmeda, sombría, de celdas claustrofóbicas e imaginablemente sucias en sus buenos momentos, y un edificio estéticamente ramplón). Y sí, somos morbosos, lo reconocemos, pero un emocionante escalofrío nos recorrió el cuerpo al encontrarnos entre las mismas paredes que acogieron a Al Capone. ¡Qué diablos!, ya podemos decir “yo estuve allí”.

 A la vuelta y antes de la cena, teníamos una cita en el Hierbabuena Center para hacernos en primicia con el nuevo IPad 3, (recién salidito del horno). De Alcatraz al centro de distribución mundial de Apple, ¡guauuuuuu!, eso sí que son emociones (al menos para unas adictas a Apple como nosotras).
Pensábamos que iba a estar agotado ya que se había puesto a la venta el día de antes, pero no, esta tienda es centro de distribución mundial y es difícil que se queden sin stock. No en vano aquí se hizo la presentación del mismo a nivel mundial. Todo un paraíso para los fan de la marca.

Después de otras tantas cuestas (San Francisco no es para asmáticos…), abrimos el apetito para la cena en el restaurante Morton's, de lo mejorcito de la ciudad.

 
 
A la mañana siguiente madrugamos para coger el bus y trasladarnos a Sonoma, un tranquilo pueblecito rodeado de viñedos y bodegas de renombre mundial para hacer una cata en una de ellas, nada más y nada menos que en Inglenook, propiedad de Francis Ford Coppola (desde luego que esta gente toca todos los palos). Nos llamó la atención el tren del vino que hace un recorrido por las bodegas con cata incluida...una descripción más detallada y poética la podéis encontrar en este blog: al ritmo del vino  


La alternativa a esta visita era ver el maravilloso bosque de secuoyas gigantes de Yosemite o el de Muir Wood, pero nuestra querencia al vino fue más fuerte… Unos vinos excelentes pero echamos en falta un piscolabis para no salir con el estado de alegría y levedad con el que salimos. Nada de jamón y queso, nos contentaron con unas cestillas de rodajitas de pan.

El almuerzo fue en un paraje impagable, donde se encuentra el restaurante Auberge du Soleil, buena comida y mejores vistas. Muy agradable.


La guinda al día la pusimos como verdaderas campeonas cruzando los casi tres km que tiene el Golden Gate de un extremo a otro. No quiero contarte el frío y el viento que hacía, ¡¡incluso vimos a algún loco haciendo surf!!

 


Nuestro último día en esta maravillosa ciudad no podía ser para otra cosa...¡¡¡nos fuimos de tiendas!!! ¡¡Aaaaahhhhhhhhhhh, qué perdición!! Teniendo en cuenta que ya de por sí Estados Unidos es un paraíso del consumo, que el cambio al dólar era favorable y que nuestras tarjetas de crédito pedían a gritos ser sacadas de la cartera… sucumbimos al placer del shopping por el shopping, como posesas convulsas, saltando de tienda en tienda: Banana Republic, Macy's, Nine West, Gap, Abbercrombie...¡Dioooossss, que alguien pare esto!




  
 
Y así fue. Menos mal que habíamos quedado para comer en uno de los mejores restaurantes de la ciudad, el Spruce, que nos hizo cortar en seco la ascendente dinámica de compras que llevábamos.



La cena de despedida no pudo dejarnos mejor sabor de boca, el restaurante One Market, estrella Michelin durante cuatro años consecutivos. Si adoras la carne, su filet mignon es excepcional, eso sí, siempre que te guste intercambiar unas palabras con el filete antes de su último aliento...(la carne poco hecha, como debe ser). Está situado en la calle Market en el numero 1. Vale, que síííí…, que no han sido muy originales con el nombre, pero cuando hincas el diente a ese filete…como si el restaurante se llamara Casa Paco, ¡qué más da!
 
Y en cuanto a los locales nocturnos, seguro que los hay y muy buenos (música en directo, buen whisky), pero no nos preguntes por ellos. Conforme terminaba la cena ya estábamos con la cabeza metida en la taza de café, haciendo un último esfuerzo para llegar hasta el hotel.

Próxima parada: ¡¡Las Vegas!!

miércoles, 18 de abril de 2012

¿BUSCAS UN MAQUILLAJE PARA DIARIO?

Mamen es una chica  de 36 años que busca un maquillaje "de batalla", para todos los días. Nos ha hecho una consulta por e-mail pidiéndonos consejo al respecto. Tiene algunas manchas faciales a causa de su reciente maternidad, a la vez que cierta grasa en la zona T. Nunca se ha maquillado y quiere iniciarse con un maquillaje ligero que no sea "pringoso" ni demasiado denso. Tampoco tiene tiempo para aplicar una base de maquillaje seguida de unos polvos compactos que matifiquen el acabado y elimine los posibles "brillos".

Ha probado un maquillaje fluido de Clinique que le gusta pero se nota exceso de grasa en la piel.

Mamen, decirte que Clinique es una muy buena marca de cosméticos de alta gama, pero tienes que encontrar aquel maquillaje que se ajuste más a tu piel. Ofrecen distintas variantes, igual tienes que buscar uno para pieles mixtas. No obstante, cualquier maquillaje fluido requiere de una posterior aplicación de polvos compactos o sueltos para que el acabado sea más mate, porque el fluido tiende a crear cierta capita de grasa, son maquillajes "fundentes", esto es, se funden con la piel y, por tanto, con su grasa natural. Los polvos, sin embargo, crean una película o cobertura que corrige el exceso de grasa.

Si quieres evitar las dos fases BASE FLUIDA + POLVOS MATIFICANTES, necesitas optar por un MAQUILLAJE COMPACTO DE ACABADO POLVO. Es una base de maquillaje no fluida sino compacta, la aplicas con una esponjita y tiene acabado de polvos, por lo que consigues los dos pasos en uno. Además, son ligeros y muy fáciles de aplicar.

Te recomendamos la gama ACCORD PERFECT de L'ORÉAL. Lo hemos probado y nos gusta mucho. Su relación calidad precio es excepcional, y esta marca la encuentras fácilmente en cualquier parte, como bien sabes. Los maquillajes de Kiko y The Body Shop que nos comentabas no los hemos probado, pero yo te aconsejo que de esta última marca compres más cremas corporales que productos faciales, no los tienen demasiado desarrollados y su eficacia es relativa.




Sin embargo, debes tener en cuenta que un maquillaje ligero tiene un efecto cubriente más limitado que otro tipo de maquillajes. Si para determinadas ocasiones buscas un acabado más perfecto, obviando de manera más eficaz las manchas de tu piel, te recomendamos el DOUBLE WEAR de ESTEE LAUDER. Es fluido y algo más caro que el que te proponíamos anteriormente, pero te sorprenderá su acabado. Para ser tan cubriente queda muy natural y nada graso, y te deja "buena cara", es casi un tratamiento más que un maquillaje. Aunque cueste un poco más, dura mucho tiempo si lo usas no a diario sino para ocasiones especiales. A nosotras nos tiene enamoradas. Pero detrás deberás aplicar unos polvos compactos o polvos sueltos, ya sean de color o traslúcidos.



Elijas el maquillaje que elijas, la regla de oro que no debes olvidar al elegir el color: DEBE SER UN TONO MÁS CLARO QUE EL DE TU PIEL. Te dará un aspecto de piel sana y de porcelana, y disimulará esas líneas de expresión que empiezan a aparecer a partir de los 35. No te verás pálida porque el rubor en las mejillas te proporcionará ese aspecto juvenil y saludable que buscas.

Bueno Mamen, esperamos que cuando  hayas comprado y probado tu maquillaje nos cuentes qué tal te ves.

miércoles, 11 de abril de 2012

Pollo al horno

Hoy os traemos una receta que lo tiene todo, fácil de hacer, poco calórica y que le gusta a todo el mundo. 


Con las verduras que teníamos en el frigo hemos improvisado un poco.

Ingredientes
- 1 pollo limpio por piezas (podéis comprar las piezas sueltas y hacer la combinación que más os guste: alas, muslos, pechuga...)

- Patatas tamaño guarnición. Como nosotras no teníamos, utilizamos algunas patatas grandes partidas a cascos.

- Verduras varias al gusto. Hemos elegido: tomates rojos, mejor si son pequeños, calabacín y cebollitas.

- Hierbas provenzales: tomillo, romero, orégano y las que os gusten. Hoy día, en la zona de las especias de cualquier supermercado, puedes encontrar la mezcla de hierbas provenzales ya hecha.

- Pimienta y sal

- Aceite (unas dos cucharadas por pieza)

- 2 dientes de ajo

- vino blanco (1 vaso)

- Caldo de pollo, le dará un puntito rico y diferente (1vaso).

Salpimentamos las piezas del pollo y aderezamos con las hierbas provenzales. 

Colocadas en la bandeja, pincelamos cada pieza con aceite. Introducimos en el horno previamente precalentado a 180º. 

Mientras que el pollo se va dorando, en el vaso de la batidora echamos hierbas provenzales, dos dientes de ajo, aceite, vino blanco, un poco de sal, el caldo y lo batimos. Con este toque tan especial queremos recordar la buena mano de nuestra abuela para la cocina, que con truquitos como éste, mucho amor y paciencia, hacía de la cocina todo un placer.

Cuando consideremos que el pollo ha adquirido el exquisito color del tueste, sacamos la bandeja del horno, ¡mucho cuidado de no quemarnos! Le damos la vuelta a las piezas del pollo para que se doren también por el otro lado y distribuimos las patatas y la verdura por la bandeja y vertemos el caldo por encima. 

Volvemos a meter en el horno hasta que se hagan las patatas y...¡¡listo para servir!!

¿Fácil verdad?, pues nada, anímate y nos cuentas que tal.